La carga global de la enfermedad cardiovascular sigue siendo un desafío de salud pública apremiante, con hipercolesterolemia que representa un factor de riesgo modificable importante. La evidencia emergente sugiere que las intervenciones dietéticas, incluido el consumo de tés específicos, pueden ofrecer un enfoque complementario para el manejo del colesterol.
Té verde: la potencia antioxidante
Composición bioquímica y modulación de lípidos
Derivado de Camellia sinensis Hojas, el té verde contiene altas concentraciones de catequinas, particularmente el galato de epigalocatequina (EGCG), que representan el 30-42% de su peso seco. Un metaanálisis de 31 ensayos reveló que el consumo diario de té verde redujo significativamente el colesterol total en 7,2 mg/dl y el colesterol LDL en 2.19 mg/dL, con efectos más pronunciados en individuos con LDL de base> 130 mg/dL.
Mecanismos clave:
- Inhibición de la absorción del colesterol intestinal: EGCG se une a las micelas, reduciendo la solubilidad del colesterol y limitando la absorción a través de transportadores NPC1L1.
- Regulación positiva de los receptores LDL: Las catequinas activan la vía SREBP2, aumentando la expresión hepática de LDLR y mejorando la eliminación de las partículas de LDL circulantes.
- Supresión de la síntesis de VLDL: Los flavonoides como el kaempferol inhiben la transcripción mediada por HNF4α de APOB y MTP, reduciendo la producción de lipoproteínas ricas en triglicéridos.
Té negro: el agente hipolipidémico fermentado
Eficacia clínica y ideas mecanicistas
La oxidación de las hojas de té verde produce teaflavinas y tearubigins, que confieren las propiedades moduladoras de lípidos del té negro. Un ECA de 3 semanas demostró que 5 porciones diarias redujeron el colesterol total en un 6,5% y LDL en un 11,1% en comparación con el placebo.
Acciones clave:
- Sequestration de ácido biliar: Los polímeros de tearubigina se unen a los ácidos biliares primarios, aumentando la excreción fecal y la conversión de colesterol hepático.
- Modulación de microbioma: Los derivados del ácido gálico promoven Bifidobacterium crecimiento, mejora de la producción de SCFA y expresión hepática de LDLR.
Té de hibisco: la opción rica en antocianina
Las calicitas de hibisco sabdariffa contienen 15–30 mg/g de antocianinas, principalmente delfinidina-3-sambubiosida. Un ensayo 2020 mostró una reducción del 16% en LDL y un aumento del 8,3% en HDL después de 6 semanas de consumo de 450 ml/día.
Conclusión
La evidencia respalda los tés verde, negro, hibisco y pu-erh como opciones de primera línea para la gestión del colesterol, que ofrecen reducciones de LDL del 6-20%. Cuando se integran en una dieta de estilo mediterráneo y un estilo de vida activo, el consumo diario de té representa una estrategia factible para la reducción del riesgo cardiovascular.